Nació en Alejandría el año 295; en el Concilio de Nicea
acompañó al Obispo Alejandro, del que fue luego sucesor.
Luchó incansablemente contra la herejía de los arrianos, lo
cual le acarreo muchos sufrimientos y ser desterrado varias
veces. Escribió importantes obras en defensa y explicación de
la fe ortodoxa. Murió el año 373.
Daniel +
1972-2001
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Tu cuerpo es preciosa lámpara,
llagado y resucitado,
tu rostro es la luz del mundo,
nuestra casa tu costado.
Tu cuerpo es ramo de abril
y blanca flor de espino,
y el fruto que nadie sabe
tras la flor eres tu mismo.
Tu cuerpo es salud sin fin,
joven, sin daño de días;
para el que busca vivir
es la raíz de la vida. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 El Señor ha salvado mi vida de los
lazos del abismo. Aleluya.
- Salmo 114 -
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida."
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue benigno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 El Señor ha salvado mi vida de los
lazos del abismo. Aleluya.
Ant. 2 El Señor guarda a su pueblo como
a las niñas de sus ojos. Aleluya.
- Salmo 120 -
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme,
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 El Señor guarda a su pueblo como
a las niñas de sus ojos. Aleluya.
Ant. 3 Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación. Aleluya.
Cántico.
Ap. 15,3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiesto.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación. Aleluya.
LECTURA BREVE
Hb 5, 8-10
Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendío por expe-
riencia, en sus padecimientos, la obediencia y, ha-
biendo así llegado hasta la plena consumación, se con-
virtió en causa de salvación para todos los que lo obe-
decen, proclamado por Dios sumo sacerdote "según el
rito de Melquisedec".
RESPONSORIO BREVE
V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
V. Al ver al Señor.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío
de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día. Aleluya.
Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío
de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día. Aleluya.
PRECES.
Dios todopoderoso y eterno, que suscitaste a san Ata-
nasio como preclaro defensor de la divinidad de tu Hijo,
haz que nosotros, iluminados por sus enseñanzas y ayu-
dados por sus ejemplos, crezcamos en tu conocimiento
y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.
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