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Oficio de lectura
LA NATIVIDAD
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Fiesta

8 de septiembre

Martha de Jesús+
1941-2008

Daniel +
1972-2001

INVITATORIO

V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Ant Celebremos el nacimiento de santa María Virgen
y adoremos a su Hijo Jesucristo, el Señor.
[Sal 94] ó [Sal 99] ó [Sal 66] ó

HIMNO

Vestida de sol y pétalos,
ha nacido nuestra paz:
¡por ella es azul el mar
y por ella es limpio el fuego!

Cuando con cetro de sombra
reina la noche en el mundo
y cintilante y oscuro
el silencio voz se torna,
como rosa misteriosa
del más escondido huerto,
vestida de sol y pétalos,
ha nacido nuestra paz:
¡por ella es azul el mar
y por ella es limpio el fuego!

Lírica como una estrella,
humilde como una esclava,
milagrosa como el alba,
emperatriz de las penas
y de los júbilos reina,
corazón del Evangelio,
vestida de sol y pétalos,
ha nacido nuestra paz:
¡por ella es azul el mar
y por ella es limpio el fuego! Amén.

SALMODIA

Ant. 1 María ha recibido la bendición del Señor y la
misericordia de Dios, su salvador

- Salmo 23 -

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.

Extiendes los cielos como una tienda,
contruyes tu morada sobre las aguas;
las nubes te sirven de carroza,
avanzas en las alas del viento;
los vientos te sirven de mensajeros;
el fuego llameante, de ministro.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?

El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.

Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 María ha recibido la bendición del Señor y la
misericordia de Dios, su salvador.

Ant. 2 El Altísimo consagra su morada.

Salmo 45

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.

Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:

Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.

"Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra."

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 El Altísimo consagra su morada.

Ant. 3 ¡Qué pregón tan glorioso para ti, Virgen María!

-Salmo 86-

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas la moradas de Jacob.

¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
"Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tiros y etíopes
han nacido allí."

Se dirá de Sión: "Uno por uno
todos han nacido el ella;
el Altísimo en persona la ha fundado."

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
"Éste ha nacido allí."
Y cantarán mientras danzan:
"Todas mis fuerzas están en ti."

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 ¡Qué pregón tan glorioso para ti, Virgen María!

VERSÍCULO

V. María conservaba todas estas cosas.
R. Meditándolas en su corazón.

PRIMERA LECTURA

Del libro del Génesis
3, 9-20

En aquellos días, el Señor Dios llamó al hombre y le
dijo:

«¿Dónde estás?»

Éste contestó:

«Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy
desnudo. Por eso me escondí.»

El Señor Dios le replicó:

«Y ¿quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has
comido acaso del árbol del que te prohibí, comer?»

Respondió el hombre:

«La mujer que me diste por compañera me dio del
árbol y comí.»

Dijo, pues, el Señor Dios a la mujer:

«¿Por qué lo has hecho?»

Y contestó la mujer:

«La serpiente me sedujo, y comí.»

Entonces el Señor Dios dijo a la serpiente:

«Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu
vientre caminarás y polvo comerás todos los días de tu
vida. Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje
y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.»

A la mujer le dijo:

«Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos:
con trabajo darás a luz a tus hijos. Pero tu deseo te
impulsará hacia tu marido, y él te dominará.»

Al hombre le dijo:

«Por haber accedido a la voz de tu mujer, comiendo
del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito
el suelo por tu culpa: con fatiga sacarás de él el ali-
mento todos los días de tu vida. Brotará para ti cardos
y espinas y comerás las hierbas del campo. Con sudor
de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo,
pues de él fuiste tomado, porque eres polvo y al polvo
volverás.»

El hombre llamó «Eva» a su mujer, por ser ella la
madre de todos los vivientes.

Responsorio

R. En este día nació la santísima Virgen María del li-
naje de David; * por ella surgió la salvación del
mundo para los creyentes, de su vida gloriosa brotó
la luz para todo el universo.

V. Celebremos con gran fervor el nacimiento de la san-
tísima Virgen María.

R. Por ella surgió la salvación del mundo para los cre-
yentes, de su vida gloriosa brotó la luz para todo
el universo.

SEGUNDA LECTURA

De las Disertaciones de san Andrés de Creta, obispo

Cristo es ¿el término y el fin de la ley mosaica; él nos
hace pasar de la esclavitud de esta ley a la libertad del
espíritu. La ley tendía hacia él como a su complemento;
y él, como supremo legislador, da cumplimiento a su
misión, transformando en espíritu la letra de la ley. De
este modo, hacía que todas las cosas lo tuviesen a él por
cabeza. La gracia es la que da vida a la ley y, por esto,
es superior a la misma, y de la unión de ambas resulta
un conjunto armonioso, conjunto que no hemos de con-
siderar como una mezcla, en la cual alguno de los dos
elementos citados pierda sus características propias.
sino como una transmutación divina, según la cual todo
lo que había de esclavitud en la ley se cambia en sua-
vidad y libertad, de modo que, como dice el Apóstol, no
vivamos ya esclavizados por los «elementos del mundo»
ni sujetos al yugo y a la esclavitud de la ley.

Éste es el compendio de todos los beneficios que Cris-
to nos ha hecho; ésta es la revelación del designio amo-
roso de Dios: su anonadamiento, su encarnación y la
consiguiente divinización del hombre. Convenía, pues, que
esta fulgurante y sorprendente venida de Dios a los hom-
bres fuera precedida de algún hecho que nos preparara
a recibir con gozo el gran don de la salvación. Y éste es
el significado de la fiesta que hoy celebramos, ya que el
nacimiento de la Madre de Dios es el exordio de todo
este cúmulo de bienes, exordio que hallará su término y
complemento en la unión del Verbo con la carne que le
estaba destinada. El día de hoy nació la Virgen; es luego
amamantada y se va desarrollando; y es preparada para
ser la madre de Dios, rey de todos los siglos.

Un doble beneficio nos aporta este hecho: nos con-
duce a la verdad y nos libera de una manera de vivir
sujeta a la esclavitud de la letra de la ley. ¿De qué modo
tiene lugar esto? Por el hecho de que la sombra se retira
ante la llegada de la luz, y la gracia sustituye a la letra
de la ley por la libertad del espíritu. Precisamente la so-
lemnidad de hoy representa el tránsito de un régimen al
otro, en cuanto que convierte en realidad lo que no era
más que símbolo y figura, sustituyendo lo antiguo por
lo nuevo.

Que toda la creación, pues, rebose de contento y con-
tribuya a su modo a la alegría propia de este día. Cielo
y tierra se aunen en esta celebración, y que la festeje
con gozo todo lo que hay en el mundo y por encima del
mundo. Hoy, en efecto, ha sido construido el santuario
creado del Creador de todas las cosas, y la creación, de
un modo nuevo y más digno, queda dispuesta para hos-
pedar en sí al supremo Hacedor.

Responsorio

R. Celebremos hoy con gran fervor el nacimiento de la
siempre Virgen María, la Madre de Dios, * cuya
existencia gloriosa ilumina a toda la Iglesia.

V. Cantemos con todo el corazón y con toda nuestra
mente las glorias de Cristo, en esta sagrada festi-
vidad de María, la excelsa Madre de Dios.

R. Cuya existencia gloriosa ilumina a toda la Iglesia.

HIMNO FINAL

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
Santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos elegidos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor me acojo,
no quede yo nunca defraudado.

ORACIÓN.

Oremos:
Concede a tus siervos, Señor, el don de tu gracia, para
que, a quienes recibimos las primicias de la salvación
por la maternidad de la Virgen María, la fiesta anual de
su nacimiento nos traiga aumento de paz. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN.

V. Bendigamos al Señor.
R, Demos gracias a Dios.

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