Daniel +
1972-2001
INVITATORIO
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant El Señor está cerca, venid, adorémosle.
HIMNO
La pena que la tierra soportaba,
a causa del pecado, se ha troncado
en canto que brota jubiloso
en labios de María pronunciado.
El sí de las promesas ha llegado,
la alianza se cumpre poderosa,
el Verbo eterno de los cielos
con nuestra débil carne se desposa.
Misterio que sólo la fe alcanza,
María es nuevo templo de la gloria,
rocío matinal, nube que pasa,
luz nueva en presencia misteriosa.
A Dios sea la gloria eternamente,
al Hijo suyo amado Jesucristo,
que quiso nacer para nosotros
y darnos su Espíritu divino. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido
en las tinieblas y se manifestará a todos los hombre. Aleluya.
- Salmo 92 -
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido
en las tinieblas y se manifestará a todos los hombre. Aleluya.
Ant. 2 Los montes y las colinas se abajarán. Lo torcido se
enderezará y lo escabroso se igualará. Ven, Señor,
no tardes. Aleluya.
Cántico
Dn. 3, 57-88.56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
no se dice Gloria al Padre ...
Ant. 2 Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido
en las tinieblas y se manifestará a todos los hombre. Aleluya.
Ant. 3 Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.
- Salmo 148 -
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos su ejércitos,
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.
LECTURA BREVE
Rm 13, 11b-12
Ya es hora que despertéis del sueño, pues la salud
está ahora más cerca que cuando abrazamos la fe. La
noche ya pasando, el día está encima; desnudémonos,
pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las
armas de la luz.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosostros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosostros.
V. Tú que has de venir al mundo.
R. Ten piedad de nosostros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosostros.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Habiéndose enterado Juan en la cárcel de las obras de
Cristo, envió a sus discípulos a que le preguntasen:
"¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperara a otro?"
Cántico de Zacarías
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Habiéndose enterado Juan en la cárcel de las obras de
Cristo, envió a sus discípulos a que le preguntasen:
"¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperara a otro?"
PRECES.
Señor, que vez a tu pueblo esperando con grande fe la
solemnidad del nacimiento de tu Hijo, concédenos ce-
lebrar la obra tan grande de nuestra salvación con
cánticos jubilosos de alabanza y con una inmensa ale-
gría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.
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