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Vísperas
San Marcos, evangelista
Fiesta

Cirio Pascual

Martha de Jesús+
1941-2008

Daniel +
1972-2001

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Tristes estaban los apóstoles
tras sepultar a Cristo
que, a muerte despiadada,
lo sentenciaron los impíos.

Con dulces palabras, un ángel
a las mujeres dijo
que en Galilea el Señor
habría muy pronto de ser visto.

Mientras corrían presurosas
a hablar a los discípulos,
lo ven, besan sus pies,
pues se les aparece vivo.

Cuando lo saben los apóstoles
acuden velocísimos
a ver en Galilea
el rostro adorable de Cristo.

Sé, Jesús, de las almas júbilo
y pascual regocijo,
a tus triunfos asociamos,
que en la gracia hemos renacido.

Tribútese, oh Jesús, la gloria
a ti, que, ya vencido
el reino de la muerte,
nos abres lúcido el camino. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia
que Dios me ha dado. Aleluya.

- Salmo 115 -

Tenía fe, aun cuando dije:
" ¡Qué desgraciado soy!"
Yo decía en mi apuro:
"Los hombres son unos mentirosos."

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de Ti. Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia
que Dios me ha dado. Aleluya.

Ant. 2 Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe
del mismo. Aleluya.

-Salmo 125-

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
"El Señor ha estado grande con ellos."
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes de Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe
del mismo. Aleluya.

Ant. 3 Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los
gentiles las insondeables riquezas de Cristo. Aleluya.

Cántico
Ef. 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas
tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los
gentiles las insondeables riquezas de Cristo. Aleluya.

LECTURA BREVE

1Co 1, 3b-6a

Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesu-
Cristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír
hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis
a todos los santos, por la esperanza que os está reser-
vada en los cielos, sobre la cual oisteis hablar por la pa-
labra verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo pre-
sente, y está dando fruto y prosperando en todo el mun-
do igual que entre vosotros.

RESPONSORIO BREVE

V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. La palabra del Señor permanece eternamente; y ésta
es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros.
Aleluya.

Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
--como lo había prometido a nuestros padres--
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. La palabra del Señor permanece eternamente; y ésta
es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros.
Aleluya.

PRECES.

Invoquemos a Dios, fuente de toda luz, que por me-
dio del Evangelio de su Hijo nos ha llamado a la fe ver-
dadera, y oremos por su pueblo santo, diciendo:

Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

Padre santo, que sacaste de entre los muertos a Je-
sús, gran pastor de las ovejas,
haz que nosotros seamos testigos de Cristo hasta
los confines del mundo.

Tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Bue-
na Noticia a los pobres,
haz que sepamos proclamar el Evangelio a todas
las creaturas.

Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la
palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nues-
tro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría.

Tú que enviaste a tu Hijo para que reconcilara el
mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la recon-
ciliación de los hombres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres
peticiones

Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de
entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar
con él, el día de su venida.

Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los após-
toles:

Padre Nuestro ........

ORACIÓN.

Señor, tú que diste a san Marcos el carisma de anun-
ciar el Evangelio, haz que sepamos aprovecharnos de sus
escritos y por ellos aprendamos a seguir fielmente a Je-
sucristo. Que vive y reina contigo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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