Jesús con la Cruz a cuestas.
(Lc 23,26-32)

Mientras lo conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene,
que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara
detrás de Jesús . Lo seguía tal gentío del pueblo y muchas
mujeres que se golpeaban el pecho y gritaban lamentándose
por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:
-Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí, lloren mejor por ustedes
y por sus hijos, porque miren que van a llegar días en que digan:
"Dichosas las estériles, los vientres que no han parido y los pechos
que no han criado" . Entonces pedirán a los montes: "Desplómense
sobre nosotros" , y a las colinas : " Sepúltenos", porque si con el
leño verde hacen esto, con el seco, ¿qué irá a pasar?
Conducían a otros dos malechores para ajusticiarlos con él.

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